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Oportunidad para cambiar el chip

Mando de cambio de vía ferroviaria


Jaleado por comentarios de amigos, me animo a escribir por aquí algunos pensamientos en voz alta, que ya vieron las luz en algún grupo de mensajería instantánea.
Voy. Es largo, así que, si no queréis leer, salid ahora o leed para siempre.

Leo un artículo interesante y sugerente, sobre los motivos por los que los autónomos y pymes no interesamos ni a capitalistas, ni a comunistas.
Y claro, me brotan las ideas...

El ser humano pertenece a la naturaleza, aunque a veces se nos olvide. Y por ello, aunque no lo veamos, se rige (de manera natural) por las mismas normas no escritas.
Una de ellas es la ley del más fuerte. El más fuerte, el más rápido, el más astuto, el que mejor pasa desapercibido, el mejor superviviente... Todos ellos, según cada caso lo que más necesario sea, son los que triunfan.
Y qué significa triunfar en la naturaleza?
Follar (procrear) más que nadie, tener más tierras (espacio o terreno conquistado) que nadie, disponer de más recursos (comida, bebida, sombra...) que nadie (nótese que el dinero no existe en la naturaleza, pero ese es otro tema para otro artículo...).

Veamos ésto mismo en el ser humano...

Es un calco.
Pero con una "sutil" diferencia que marca la diferencia (valga la redundancia).
Los animales (y las plantas) están exentos de humanidad. Y "humanidad" lleva consigo una serie de cualidades maravillosas, pero también otras deplorables. Son estas últimas las que marcan quién es el fuerte entre la humanidad. Cosa que no sucede entre en resto de animales.
Los animales no son humanos. Y menos mal. El más fuerte suele ser el más fuerte, sin ningún aditivo.
Sin embargo, el humano más fuerte lleva más cosas consigo. Puede ser bondadoso, generoso, justo, etc. Pero puede ser, por el contrario, un redomado hijo de la gran puta, avaricioso, ventajista, etc.
El que es bondadoso (y demás), no abusa de su poder, pq no le sale hacerlo y además no necesita hacerlo para ganarse el respeto y el cariño.
El hijo de puta (que suele ser envidioso), sí abusa de su fuerza, necesita hacerlo para ganarse lo que él llama respeto y cariño, pero que en realidad sigue sin tener, ya que lo que gana es miedo y que todos le doren la píldora para evitar ese abuso.

Lugar que ocupamos los autónomos, las pymes, el ciudadano de a pie, según nos topamos con un fuerte bondadoso, o un fuerte malévolo (por no decir hijoputa) :
en el primer caso nos considera parte del equipo, y si el trabajo sale como debe salir, es decir, bien (o simplemente sale como sea), es gracias a la labor de todos. Y todos tienen su parte de importancia en el proceso, y son necesarios por ello;
en el segundo caso, somos piezas que mueve el todopoderoso "fuerte", para sacar un trabajo (que da lo mismo si sale bien o mal, sólo importa que salga) que le permitirá tener más hembras (o machos), más tierras, más, más y más de todo.
Y si una de esas piezas se "estropea" (se cuestiona su poder, piensa que puede haber alguna manera más efectiva de hacer las cosas, o sencillamente piensa, a secas)... ¿qué se hace cuando una pieza deja de funcionar como lo hacía?... se cambia por otra.
Sin dolor.
Sin piedad.
Sin empatía.
Cuando cambiamos las pilas del mando a distancia no pensamos "pobrecita pila que ha muerto...". Ponemos nuevas y pensamos "joder las putas pilas, cada vez duran menos".
Eso es lo q significamos dentro del entramado económico.

Hombre en el balcón cabizbajo pensando
Ahora bien, ¿hay solución?
Sí claro, siempre la hay. Pero exige un cambio de chip.
En la actualidad, todo está enfocado hacia el beneficio del mercado, en lugar de priorizar a las personas. No dudo de que, en su origen, esa prioridad consumista haya tenido buenas intenciones.
Pero... ¿bajo qué prisma? El del bienestar, ¿verdad?
De acuerdo. El bienestar es bueno, la propia palabra lo dice.
Pero ¿alguien se ha preguntado más allá?, ¿quién, y basándose en qué, dicta lo que es bienestar?
Se busca, y se potencia el bienestar del individuo y de su entorno familiar muy muy próximo, sin mirar más allá, y todo lo que no esté en ese radio de acción tan limitado, no existe, no interesa, no nos afecta.
Y ahí radica el problema. Creemos (nos han educado para ello) que no nos afecta. Y siempre siempre siempre termina por afectarnos.
"¡Coño!" - exclamamos un día.
Y eso que pasaba en China, o al vecino del portal de al lado...eso por lo que no nos preocupábamos...lo tenemos "de repente" encima.

Es en ese momento cuando desplegamos el arsenal (enorme, por otra parte) de excusas... poniendo en marcha el ventilador de mierda, culpabilizando siempre "al otro" (sea del color, ideología o cultura que sea), y blindando aún más nuestro cortijo... haciendo gala del cortoplacismo, de la incultura, de la ausencia de espíritu crítico (y autocrítico), del ombliguismo... facultades que nos han ido colando poco a poco, pero sin pausa, desde hace décadas y desde todos los ámbitos e ideologías (de todos los colores).
Todo por "nuestra" seguridad y comodidad, por "nuestro" bienestar.

Volviendo al tema de la naturaleza... Todo lo comentado no existe entre los animales.
Un animal no necesita buscar un bienestar dictado (parcial) , porque el bienestar (total) de su especie no se busca, se obtiene con la prosperidad de todos y cada uno. Viene rodado.
La naturaleza sabe que todo afecta a todos...siempre. Y se nos olvida que somos parte de ella.
La vida nos da oportunidades. Y de nosotros depende la elección de aprovecharlas o dejarlas pasar, esperando que la siguiente sea la ideal. Pero la siguiente suele ser más dramática, dura y salvaje... lo hemos experimentado históricamente siempre.
Todo lo que estamos viviendo hoy en día, igual que en otras ocasiones, es una oportunidad más para enmendar el rumbo.

Pero para poder aprovecharla es necesario un cambio de enfoque, un cambio de chip... el mercado debe servir a toda la gente, y no que muchos sean piezas de la doctrina del mercado para beneficio de unos pocos.
Nadie, repito, nadie quiere ser una pila intercambiable, ¿a que no?.
Todos queremos tener el mando a distancia. No hay mandos, ni para uno, y mucho menos para todos, es antinatural (por definición) que los haya.
Imaginad al león con un mando a distancia, y a la gacela con otro, para controlar el acceso al agua ... Ridículo, ¿verdad?

Salud Belleza Bienestar

En nuestras manos está la elección.

Nos vemos... en los bares, siempre con música.

© Angel ZN

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