- LA ILUSIÓN DE LA EXPERIENCIA
Un día me llega la noticia de que Dan Baird está en otro proyecto. Escucho el material nuevo, alucino, sonrío, y paso por caja. Todo este proceso se ha repetido ya en unas cuantas ocasiones. No iba a ser menos esta aventura llamada The Bluefields. Y claro, dan conciertos. Nos tocó el turno el 27 de marzo, en La Boite Live.
Joe Blanton |
Warner E. Hodges |
Pero The Bluefields no sólo es Dan Baird. Nace de la amistad entre el gran guitarrista Warner E. Hodges y el cantante Joe Blanton. La conexión entre Dan y Warner, en Homemade Sin, hizo fácil que se conocieran Dan y Joe. Todo cuadró fácil. Pero alguien tenía que tocar la batería. Ahí entró en escena un experimentado Brad Pemberton.
Desde entonces, dos cd's seguidos, casi del tirón, como si hubieran estado contenidos y, de repente, los hubieran liberado. "Pure" y "Ramshackle", de 2012 y 2013, respectivamente.
Dan Baird |
Brad Pemberton, Warner E. Hodges, Joe Blanton, Dan Baird |
Una vez más, las extensas carreras de cada uno por separado, enriquecen una nueva ilusión, sonando como un grupo que hubiera nacido para tocar unido.
Así sonaron ante una sala abarrotada de gente deseosa de buen rock. Los magníficos The Vegabonds habían calentado el ambiente, y a más de uno dejaron plenamente satisfecho, sin necesidad de más.
"If not now when" abrió el concierto. Mayoría de temas del Pure, con sonido magnífico, implicando al público con alguna charla en el momento justo.
Mezclan magistralmente la ilusión y energía del que está empezando, con el dominio de pausa y técnica del que se las sabe todas, tocados por un sentimiento que sólo dan los años.
Da gusto la tranquilidad que da estar frente a un grupo así, cuando sabes que, toquen la que toquen, será buena. "Don't let me fall", "Flat out gone", "What you won't do" o un espectacular "Lay it on the line", son sólo ejemplos de la riqueza de temas que poseen.
Disfrutan el directo. Se nota y se contagia. Y dedican el concierto a la gente, sabiendo que, sin ella, no estarían encima de un escenario. Si ellos quisieran, podrían cumplir sin más. Pero, aunque es cierto que hay una parte de mero trabajo en todo este tinglado, para encontrarla en este grupo de Nashville, hay que buscar muy profundo.
Todo ello se resume en algo recurrente, llamado actitud.
Cada uno tuvo su protagonismo durante todo el show. Por ejemplo, tras un emotivo "Sweet Medusa", Joe cede de nuevo el micro a Dan, para disfrutar de la preciosa pausa de "Belong".
En estudio son muy buenos. Pero toda banda de rock, donde debe dar más, es en directo. Y The Bluefields no iba a ser menos.
Volviendo a Dan Baird (no puedo evitarlo), no me canso de reconocer la grandeza de este californiano. Podría ser absoluto dueño y señor del escenario, tocase con quien tocase, y nadie podría discutírselo. Podría vivir exclusivamente de su talento en solitario, sin tener que demostrar ya nada a nadie. Pero no, él cede gustoso el protagonismo, agarra el bajo y borda su papel en la nueva banda. Se embarca en nuevos proyectos, uno tras otro, produciendo, componiendo o tocando. Y siempre rodeándose de gente buena. Lejos de temer que "le hagan sombra", agradece y busca el talento a su alrededor, cuanto más mejor.
Da la impresión de que nunca dejará de tener "hambre" musical.
Final del concierto con un extenso "Repair my soul", y gran versión de "Jesus just left Chicago" en los bises. Al acabar, fue Dan quien, con el grito "follow the sombrero", arrastró a la multitud hacia la zona de merchandising, para el deseado momento de firma de discos y fotos con el grupo.
La calidad de The Bluefields está fuera de toda duda. Rock intenso con multitud de raíces e influencias, donde todo el mundo podrá encontrar al menos un tema, de esos que te enganchan al rock para toda la vida.
Nos vemos.
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