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Crónica - Jeff Hershey & The Heartbeats - Madrid, septiembre 2012

- LA ACTITUD DEL SOUL
Parece una moda. Bendita moda. Ya dicen que todo en la vida es cíclico. Pues debemos estar ahora en el momento del regreso de la música "de raíces".
El domingo 30 de septiembre, le tocó el turno al Soul más clásico y acelerado, con toques rockeros, gracias a la visita de Jeff Hershey & The Heartbeats, que llenaron la sala Wurlitzer Ballroom.
Tras las buenas sensaciones que nos dejaron Pepper & The Stringalings, saltaron (nunca mejor dicho) al escenario, Jeff y los suyos.
Este tipo es un "no parar". No me extraña que sudase como sudó. Se mueve en, absolutamente, todas direcciones. El escenario es pequeño, pero si le das 100 metros cuadrados, te los llena él solo.
Tras la intro instrumental, y ya con Jeff Hershey en el escenario, arrancaron con "Knock you down", de su disco "Soul Music Vol.1", del 2011.
Desde ese mismo instante, la alegría y el baile, se hicieron dueños de la sala entera. Ay ... si The Commitments levantaran la cabeza ...
Actitud. Eso es lo más importante. Y a estos seis californianos les sobra.
Con la aceleración que llevábamos, no nos recuperábamos de uno, cuando nos sorprendían auténticos temazos como el single "Don't come around".
El concierto era rápido, tan rápido como los movimientos del propio Jeff, un gran "frontman", no con tanta voz como otros "soulman", pero pleno de energía positiva y complicidad con el público.
La banda demostró calidad y tablas, sonando compacta, sin grandes virtuosismos, pero con la misma ilusión y alegría que su cantante.
Hubo lugar para las versiones. Tirar de clásicos resulta casi obligado en un directo de soul. Temas como "Hold on I'm Comin'" convivían con composiciones propias como "Another day without you".
Así, como "de repente", bailábamos "Misirlou" o el tema principal de la banda sonora de "The Munsters".

El buen sonido permitió que todos cayéramos rendidos, ante el espectáculo que estaban dando Jeff y sus Latidos de Corazón.
Cerraron el show con el frenético "Wearin' me out". Y junto a "Twistin' the night away", el omnipresente "Shout" hizo acto de aparición en los bises. Y con él nos dejamos manejar como marionetas, agachándonos o saltando a las "órdenes" de este pedazo de banda.
Se hizo corta la (casi) hora y media de concierto.
Un muy buen concierto que cumplió lo que prometía, poner una excelente banda sonora a cualquier reunión de amigos.
Ya sospechaba que yo, en otra vida, he sido americano, pero mi gusto por el soul y el blues me da que pensar ... ¿habré sido también negro?
Nos vemos.

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