- EL AGRADECIMIENTO
Recuerdo la inmejorable y sentida "crónica interna" que nos hizo por email mi amigo, aquél con el que fui a Sevilla. Gracias por ello.Y recuerdo "jugar" a ver con qué canción arrancaba en Madrid, ya dentro del estadio. Si arranca con "Badlands", será un concierto estándar; si arranca con "We take care of our own", será algo mejor; y si arranca con algo inesperado, la puede liar.
No me preguntéis la razón, pero me vino a la cabeza "No Surrender".
Arrancó con más de media hora de retraso y ... con "Badlands". Qué se le iba a hacer ... Pero nuestras miradas se cruzaron cuando comprobamos que el siguiente tema era "No Surrender". Algo hacía que, por nuestras venas, notásemos ese especial cosquilleo de las grandes noches de rock.
Nuestras sospechas y mejores deseos, se confirmaron al escuchar los comienzos de "Spirit in the night". Y por si nos quedaba alguna duda, Bruce lanzó así, sin anestesia, un increíble "Be True", que terminó de borrar cualquier resquicio de escepticismo.
A partir de entonces, estos "animales de escenario" continuaron haciendo quiebros al guión pactado, rompiendo las "prometedoras carreras", como "adivinos", de tantos seguidores del Jefe.
Mi amigo recibió un soplo, antes de comenzar el concierto. Southside Johnny estaba de vacaciones por Madrid. Al instante, fuimos presa de un estado entre nervios y euforia contenida. No podía ser. Era demasiado bonito.
Tras reventar a más de uno, enlazando "Youngstown" y "Murder Incorporated", y por si alguno quedaba en pie, también "She's the one" ... Bruce comenzó una de sus charlas con el público. Tensión. ¿Sería posible?
¡¡¡Sí!!!! "Talk to me" se hizo dueña del estadio. La diversión y complicidad entre estos dos viejos amigos, se hizo irresistiblemente contagiosa para todos. En ese momento, más de uno pensábamos que ya nos podíamos ir a casa, satisfechos con lo que habíamos visto hasta entonces.
Pero Bruce y sus chicos, cuando "es la noche", siempre dan una (y dos o tres) vuelta de tuerca más. Y era una de "esas noches".
El sonido de la banda fue mejor que en Sevilla, pero no así el sonido del estadio. No se escucha todo lo bien que debería escucharse algo de este calibre, y hubo intermitentes fallos durante el concierto. Una pena. Pero poco importó para el gran público. Más aún, si tenemos en cuenta que encima, fuimos testigos del estreno mundial en directo de "Spanish Eyes" (ensayada en las pruebas de sonido, previas al concierto).
Diecisiete músicos en el escenario, diecisiete almas en forma, que lograron vestir la noche de ROCK, así, con mayúsculas.
Bruce estuvo gamberro, vacilón, divertido y sonriente cuando y cuanto quiso. Hacía tiempo que no sacaba tanto a relucir esa faceta. Tocó el piano de Roy Bittan con la cabeza, se subió encima, bromeaba con el público, simulaba estar agotado, cantaba mirando a los cámaras, acudía incesantemente a las pasarelas para estar en contacto con la gente, no paraba de moverse de un lado a otro del escenario ... incluso (en los bises) subió ¡a las gradas! con el "Hungry heart".
Sus diversas "charlas" con el público (la mayoría en español, y alguna en inglés), y las "baladas", por llamarlas de alguna forma, marcaban momentos de pausa, necesarios para saborear todo en su justa dimensión.
El gusto por el matiz se abría paso entre la efervescencia de los trallazos rockeros.
Fueron cayendo bestialidad tras bestialidad, versiones llenas de autenticidad, sentimiento y calidad, como "Working on the highway" (con intro en acústico), "The river" o la también inesperada "My love will not let you down". Incluso los temas de su último disco, "Wrecking ball", también sonaron distintos ... con un "algo más" que no sonaba en otras ocasiones.
Toda la banda ha encontrado su hueco, su sitio y su importancia. El sobrino de Clarence, Jake, está perfectamente integrado. Charles Giordano tampoco hará que olvidemos a Danny Federici, pero es, desde hace tiempo, uno más de la banda. Y Soozie Tyrell encaja mejor que Patti Scialfa.
Bruce es muy listo, y ha adornado su E Street Band con el toque "negro" que sólo saben dar los músicos negros. Eso, y recuperar la sección de viento, le otorga seguridad y capacidad de brillar, por ejemplo, con lo que han llamado "Apollo Medley" (mix de versiones de soul de toda la vida).
Y para acabar con el concierto "normal", justo antes de los bises, lloramos y cantamos abrazados "Thunder road", echando de menos a los amigos ausentes. Nuestro estado de ánimo, se convirtió en un "ya me da igual lo que cante en los bises, puede hacer lo que quiera, y me espero cualquier cosa".
No podían faltar "Born to run" o "Dancing in the dark", pero no esperábamos "Hungry heart" o "Seven nights to rock", y menos, después de lo que llevábamos encima ... Por la energía que mostraba Bruce, parecía que sólo llevábamos diez minutos de concierto. Qué pedazo de bestia.
Y éramos conscientes de que cerraría con el homenaje al fallecido Clarence Clemons, con "Tenth Avenue Freeze-Out". Al pronunciar la frase "and the Big Man, joined the band", se hace un silencio al levantar Bruce su mano con el micro señalando al cielo. Entonces, comienza la proyección de un vídeo con imágenes de Clarence. El público estalla, aclamando el momento, coreando su nombre. Al terminar el vídeo, prosigue la canción, rodeada de lágrimas y sonrisas mezcladas.
Aunque sabíamos que era el final de la noche, algo nos decía en voz baja y desde muy dentro: "no acaba aún ... todavía queda una más ...".
Y al ver que Bruce agarraba de nuevo su Telecaster ... un escalofrío recorrió nuestras venas, y juntando mis manos, imploré: "por favor ... Rosalita ... por favor ...", pero sonó "Twist and Shout" (con Southside Johnny de nuevo en escena), bajo el delirio de todo el estadio.
Fueron muchas las sensaciones del concierto. También por muchos motivos, no sólo musicales, ha sido muy especial.
Bruce ha logrado una vez más, (además de fulminar todas las baterías de cámaras y móviles) que la gente se marche con la sensación de que te ha dado el concierto a ti, de manera individual, como si no existiera nadie más en esas casi cuatro horas.
Bruce y la E Street Band, trascienden lo meramente musical, para convertir cada directo en una experiencia vital.
Podrían haber tocado otros temas, podrían haber puesto numerosas "guindas", que habrían podido saciar los caprichos de cualquiera.
Pero el Jefe prefirió "saldar una deuda", brindándonos uno de los mejores conciertos de nuestras vidas.
Acabó el directo. Atrás quedan los saltos, el sudor, los llantos, los cánticos, las asombradas sonrisas ...
Recibimos nuestra dosis de ganas de vivir, dejándonos plenos de ilusión, repletos de libertad, y saciados de rock.
Y doy gracias por ello.
Nos vemos.
Comentarios
CJ
Sabes captar perfectamente muchos de los gestos que Bruce muestra en sus conciertos (las tres primeras fotos son una muestra de ello), y has sabido transmitir a la perfección muchas de las sensaciones que tuvimos en el concierto. Bruce siempre sabe "rematar la faena" en los directos, que es realmente donde un rockero sabe demostrar su valía.
Gracias de nuevo por la crónica, por las fotos...
DITD
El problema es que, pese a la edad, el listón está cada vez más alto...¿POdrá atreverse a superarlo? Yo lo espero.
Un concierto memorable y para mi por ser el primero todavía más inolvidable.
Un abrazo Angel
- CJ, Gracias! A ver si en una de esas, te "equivocas" y te dejas ver, que pareces una espía, jajaja.
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- DITD, Gracias de nuevo!! Tú lo has dicho, el rock se vive en directo, se siente, se ríe y se llora. Y en concierto, más.
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- DONDE DIGO DIGO, Gracias!! Nadie mejor que tú para comprender ese sentimiento, eso de llorar con los amigos, echando de menos a los demás, y con Bruce cantando sin parar. Y sí, el muy cabrón lo superará.
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- AGUSTÍN, Muchas Gracias!! Me alegro de haber podido transmitir lo que dices. Resulta un reto poder reflejar con una crónica, lo mucho que te da Bruce en directo, su personalidad, su contagio ... Para ser tu primer "Bruce-Live", has elegido muy bien. Ahora, a repetir. Un abrazo.